Durante los días 22, 23 y 24 de junio, se han celebrado en Calatayud las VII Alfonsadas en conmemoración de la conquista de Calatayud en el año 1120 por el Rey Alfonso I “El Batallador”, en esta ocasión por primer año “Fiestas declaradas de Interés Turístico de Aragón”.
La fiesta está organizada por la Asociación Medieval Rey Alfonso I “El batallador”, que nos facilitaba la comida y el campamento coordinado por el grupo Miles Seculi haciendo guardias de 24 horas diarias para que siempre estuviera vigilado el campamento.
Este año nuestra representación ha sido más numerosa que años anteriores, además hemos montado nuestro campamento junto a otros grupos recreacionistas a los pies de la torre de San Andrés y junto a la estatua de nuestro rey Alfonso I.
Llegamos el viernes a buena hora por la tarde, pues ya teníamos sombra, que se agradece para montar tienda y clavar las piquetas en un suelo que aunque era de tierra, estaba más duro que el hormigón, las piquetas se acobardaban y preferían agachar la cabeza antes que clavarse en el suelo. Descargamos todas las cosas con la ayuda de los amigos de Miles Seculi y empezamos a montar la tienda mientras iba llegando el resto del grupo.
A las 21:30 en la Plaza de España participamos en la entrada de tropas acompañando al Rey en una representación de la rendición de la ciudad, gritos, fotos y a cenar un buen bocata en buena compañía., después, charradica con los compañeros y compañeras de Almansa (qué rica estaba la crema de orujo) y a dormir.
El sábado a las 8:00 empezó la serenata de las campanas de las torres de las Iglesias que teníamos cerquita: San Andrés, Santa María, San Pedro y “San jódete y despierta que ya es de día”. A las 13:30 llegó la hora de la reyerta en la Plaza de la Leña, nombre muy adecuado para una pequeña escaramuza entre algunos miembros de los grupos del campamento, excelente nuestra representación a cargo de Chesús que tuvo que luchar dos contra uno, “Razazol ¿dónde estás?” pensaba mientras se libraba como podía de los mandobles que le llovían por todos lados.
Ya por la tarde, el acto estrella: el “desfile triunfal de la victoria” acompañando a nuestros amigos almogávares de Calatayud, Almansa y Tirwal y con la valiosa colaboración de nuestros músicos, desfilamos hasta San Pedro de los Francos, en esta ocasión el desfile tuvo un recorrido más corto que otros años, a cambio, los almogávares estuvimos representados subiendo el Adalid de los Almogávares de Calatayud, al escenario central del acto, el altar.
Después de cenar visitamos el Mesón de la Dolores haciendo tiempo para el concierto de Lurte a la una de la madrugada. Lo dieron todo, como siempre y disfrutamos un montón, nos resultó corto.
El domingo, un poco muertos – mataos, muchísimo calor, hubo una liza-campeonato, Chesús: SUBCAMPEÓN. Tiene su mérito, la gente de Miles Séculi lucha muy bien (los demás grupos ya habían recogido y no lucharon), el ganador que sin duda era el mejor, derrotó con facilidad a todos los demás. Y poco más, espera a la sombra escuchando gaitas hasta que llegó la rica paella que comimos en compañía de todos los almogávares presentes en el campamento (Almansa, Tirwal y nosotros), café y cuando llegó la sombra, desmontaje de tienda, entre todos en un pis pas (¿por qué será más rápido desmontar que montar?).
Como conclusión hay que decir que lo pasamos muy bien y estuvimos a gusto, como pega, el calor excesivo, pero eso no se puede cambiar y sobre dormir en el campamento que opinen los que no pudieron dormir.
Después de todo recogido nos despedimos de nuestros amigos y subimos hasta el castillo árabe de Ayud que le da el nombre a la ciudad. Está bastante abandonado, hicieron alguna reconstrucción pero está pidiendo a gritos que continúen restaurando antes de que se siga desmoronando. Las vistas, preciosas.
Gracias Calatayud por permitirnos compartir vuestra fiesta.
Mejor no os digo ni donde ni en que estado me encontraba, que puede quedar feo…
😉